Una buena manera de mejorar la alimentación es haciendo pequeños cambios en tu dieta y poco a poco ir adaptando tus hábitos a esta nueva rutina.
Pequeños cambios pueden ser:
Introducir 150gr de verdura o ensalada, empezando por 1 comida al día y poco a poco añadir más cantidad y más tomas al día (almenos en la comida y en la cena).
Reducir la cantidad de dulces, bollería, chocolates y azúcar en general también es un pequeño paso que te ayudará mucho tanto a perder peso como a sentirte mejor. Cambiar estos productos por fruta o por alimentos reales hará que te sientas mucho mas saludable.
Incrementar el consumo de frutas, empezando por 1 al día hasta 3 o 4 si te gustan mucho también es una gran manera de mejorar la alimentación. Las frutas contienen una buena cantidad de vitaminas y minerales que te ayudarán a sentirte saciado y a sentirte con mas energía.
Consumir grasas saludables procedentes del aceite de oliva virgen extra, frutos secos, aceitunas, aguacate o yema de huevo es otra gran opción. Solemos introducir demasiadas grasas saturadas como las de la carne, o aceites de girasol refinados, frituras y bollería que quitan energía y hacen que aumentes de peso. Además no te hacen sentir saciado y al cabo del rato vuelves a tener hambre.
Evitar tomar bebidas azucaradas tipo Coca-Cola, red Bull o néctares de fruta. Es mejor tomar simplemente agua y si te gusta el café también, pero siempre sin azúcar y mejor antes del medio día para que no interfiera en el sueño por la noche.
Es importante elegir bien la calidad de las proteínas que consumes. Éstas deben ser lo mas magras posibles y de la mejor procedencia. Lo mejor es que los animales no hayan pasado por un proceso traumático antes de morir. Mientras mejor hayan vivido, mejor producto estaremos consumiendo. Yo siempre recomiendo la carne blanca antes que la roja, por su baja cantidad de grasas saturadas.
Otra buena manera de añadir fibra y sentirte mas saciado es añadir productos integrales o hechos de semillas o diferentes harinas como la de centeno o espelta. Sacian más que el pan blanco y aportan más vitaminas y minerales.
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